Primeros pasos burocráticos

Mi colega Jéssica y yo nos plantamos en Actiris a las 9 de la mañana, nadie sabe muy bien para que sirve Actiris, pero hay que apuntarse si quieres cobrar el paro. Estábamos convencidos de que no iban a aclararnos nada, pero es lo que hay. A esas horas de la madrugada está vacío, así que entramos pronto y nos sentamos en el mostrador número 4.

Empezamos a hablar con la chica hasta que nos damos cuenta de que es colombiana y le decimos que nos hable en español, que el francés no nos sale fluido «in the morning». El nuestro es un francés más bien cervecero y nocturno. La chica nos responde amablemente que solo se le está permitido comunicarse en francés y/o flamenco. Esto es el colmo que diría aquel. Estoy tan indignado que he tuiteado a Actiris para dar un poco por saco. En fin, después de horita y media deambulando por las oficinas, nos conseguimos registrar y nos vamos al sindicato, que parece que son los que cortan el bacalao.

Mira si cortan el bacalao bien que trabajan 3 o 4 días a la semana (al que parte y reparte le toca la mejor parte) y hoy no toca. En fin, continuamos con nuestro peregrinaje matutino hasta las oficinas de TEE para que nos informen de como está lo nuestro. Nada nuevo, como siempre.

Finalmente nos sentamos en una terraza con un par de compis más, en lo que es el momento más provechoso de la mañana. Incluso la camarera se digna a venir a tomar nota y no tenemos que desplazarnos hasta la barra, algo que me  toca bastante las narices aquí. Con lo que cuestan las bebidas, por lo menos que no tenga que menearme.

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